Han reclamado por nuestro verdadero camino, las montañas poderosas y los ríos fluyentes desmembrando piedra a piedra el sentido,
Sigilosos pasos de Dios por el sonido, reclaman, aunque Dios nunca haya dejado de existir en el amor eterno de la Nada por nosotros ¡Moloch, Moloch le gritan!
Reclaman las estatuas de animales y su verdor
Reclaman los caballos bebiendo negras aguas del pantano
Reclaman los halcones parados en el fin de la razón
Reclaman los niños varones que follan y viven su amor.
Tormentosas palabras bajan con el río, con el viento
Acribillado, como Lorca, en las hojas reencarnadas.
Miremos antes de escuchar, el sonido y su color cautivo
Siglos enteros recorren el aire
Tan bellos cielos, hermosas colinas y mil jinetes mapuches contra el fragor occidental
Parejas tomadas de la mano subiendo al árbol de la trinidad
Copa, tronco, raíces, diez veces.
El agua, tan misteriosa sonrisa dibujada en el óleo azul por alas de gaviotas
¿Quién diría: Fernando sale al mundo y conquista el corazón de los estetas?
Hombres maravillosos cuya vida es adjetivo
Inmensamente inmortales
Señores de los secretos, lastimosos políticos
Aún sin poder comprender amamos con odio este mal tan placentero; No olvidan la muerte que nunca han sufrido,
Lo saben con el viento frío que viene de los polos en la caricia del amante
¡Oh hermosa fealdad tan bella en las caricias!
Gigantes emociones, explosivos corazones y luces de neón, ciudades atestadas de bruñidos culos y vaginas dispuestas a ceder
El mundo entero para mi, TODO, ansioso y ebrio, Nada se escapa bajo sus lamentos de placer
La gloria infinita se derrama en mi corazón
Amarlos no podría
Pero odiarlos es mi amor
¡Oh, El camino polvoriento que deseo de los hombres!
Mi camino de tierra que tiembla ante el paso del carro
¡Oh placer, oh disfrute! He besado a Moloch
El instante en que cae una gota desde el pétalo de la rosa es el momento más grande , más abierto, mostrando el clítoris temblando de placer.
Miren mis intestinos, señores,
Los ofrezco para adivinar vuestro futuro
Yo los quiero, yo los amo cuando reclaman
Y sus voces calan mis ojos, y mis rodillas caen al suelo para revolcarme en lodo, no estoy loco, no.
Ustedes brillan en los tugurios marcados de fuego, seáis vagos, putas, niños, pero inocentes, con vuestros cuerpos de marfil y bronce: Americanos, Orientales, Europeos, Africanos. El mundo de Eliot.
Sus ropas son inútiles a mi comprensión, yo veo tras sus corazones el latir compulsivo de todas la fuerzas circundantes. El aliento entra en mi en forma de cúspide, tan altas pirámides duermen para anunciar la nueva vida... donde yacemos ahogados en oro, durmiendo en algún bar, seguiremos,
Seguiremos siendo bellos en nuestra fealdad ¡Moloch, Moloch, el ser es imperfecto!
Señores feos, gordos, bonitos, flacos, locos y cuerdos
El mundo entero para mí, para ti,
Dame el bastón que posees y con dos bastones conquistaré el alma atribulada de aquellos que no ven el camino a la perdición
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