viernes, 5 de septiembre de 2014

Texto inédito de Stella Díaz Varín

(...)En ese trance estado
Cuando llegaron los arrendadores
A comerse el prodigio apiverde
Amarga la venganza.

El árbol madre
Alimentó veneno a los verdugos.

Borrador II


Hay un cúmplase para el sueño del hombre
No es finiquito sino el comienzo
De toda precaria existencia humana
No solamente me remito a los seres antiguos
Me elevo sobre las mismas cumbres
Para sentir el olor de los espinos
Me hundo en lo mas hondo
De las quebradas inaugurales
Y me remonto de repente como un caballo alado
Por sobre el más lúcido pensamiento del hombre
¿De que hombre?

Pienso en Enrique Lihn, en Jorge, en Alfonso, en Rolando,
En todos los hombres que alguna vez me reconocieron,
Que reconocieron mis venas y mi saliva,
Pienso en lo que significo la estancia tan efímera
De mis camaradas, de mis compañeros,
Estancia tan efímera de la que soy una sobreviviente.
Quiero cruzar este río verde, más allá del río
Quiero estar en lo hondo del valle precedido,
Quiero estar también en la pequeña flor.

Yo sé que estoy en el gran temblor de la tierra
Para inaugurar los otoños, pero no las primaveras.